Soy Pilgrim, Terry Hayes

Las novelas de acción como esta suelen recibir adjetivos tales como «trepidante», «vertiginosa», etc. A mí me sigue gustando más la denominación usada en ambientes anglosajones de «Page-Turner», término reconocido por el diccionario de Cambridge, que lo define como un «libro que es tan apasionante, que quieres leerlo con rapidez». Aunque la he leído en formato electrónico y las páginas se pasan simplemente tocando la pantalla, esto se aplica plenamente a esta novela que, lo digo como advertencia, conviene leer antes de que salga la película, prevista para el 2019, aunque el guionista de Hollywood sea el mismo autor de la novela.
«Faceless», como se llama la novela en alemán (nunca comprenderé qué criterio tienen las editoriales alemanas a la hora de buscar títulos; esta novela se llama «I am Pilgrim» en su idioma original, y le dan otro título también en inglés a la traducción), trata de un terrorista y un cazaterroristas, ambos de los mejores de su género. En torno al primero se teje una historia de traiciones, odio y venganza, pero también de virtudes como la lealtad, la religiosidad (aunque nos resulte por momentos fanática) y el amor a la propia familia. En torno al segundo, las instituciones, los gobiernos, la hipocresía, la credulidad. El 11 de septiembre sirve de referencia temporal para encuadrar la acción.
El protagonista asume varios nombres a lo largo del relato, y ninguno de ellos es el suyo propio. Al final se identifica con «Pilgrim», peregrino. Goza de una formación exquisita como agente y trabaja durante unos 15 años para una agencia «sin nombre» y desconocida, que le encomienda misiones que, a pesar de lo que él mismo intenta simular, van dejando una huella en su espíritu.
La trama en sí, relatada en primera persona por parte del agente y en tercera para el Sarraceno (palabra que, en cierta acepción, significa también «nómada»), el terrorista moderno más peligroso, al menos del mundo de la literatura, incluye numerosas escenas retrospectivas. Hace falta cierta atención en la lectura para no perderse. Las últimas páginas (digamos el último cuarto del libro) hacen difícil dejar el libro a un lado y hacer otras cosas. El que avisa no es traidor…

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