El resto de sus vidas, Jean-Paul Didierlaurent

Didierlaurent escribió su segunda novela en 2016, dos años más tarde de la aparición y el éxito del Lector del tren de las 6:27. Al igual que en aquella, El resto de sus vidas trata de hombres y mujeres con un perfil muy humano y de gran sensibilidad para las personas que les rodean. Manelle es asistenta domestica, es decir, acude a ayudar a personas dependientes o discapacitadas varias veces a la semana. Ambroise es tanatopractor. Su trabajo consiste en preparar cadáveres para el velatorio, aliviando y disimulando ópticamente las secuelas de su enfermedad o del accidente que han sufrido, y permitiendo así a los parientes quedarse con una mejor imagen en su despedida del difunto.
Tanto una como el otro están lastrados por un pasado que condiciona su comportamiento y sus relaciones interpersonales.
Uno de los pacientes o clientes de Manelle, Samuel, recibe un diagnóstico letal, que le lleva a considerar la eutanasia como una solución para sus problemas. Decide por tanto ir a Suiza, único país en donde esta práctica es legal a nivel comercial, y contrata para ello los servicios de la empresa en que trabaja Ambroise.
Como en la anterior novela, el autor hace gala de una gran sensibilidad para describir con pocas palabras y en un tono amable, casi humorístico, los pensamientos de sus personajes. Me parece una novela encantadora.

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