Tres días y una vida, Pierre Lemaitre

Excelente novela de Pierre Lemaitre, que sigue un camino intermedio entre la narración lineal de su primer éxito Nos vemos allá arriba y las tramas policiacas del pequeño comisario Verhouven. La narración consta de tres partes, que transcurren en tres años diferentes, 1999, 2011 y 2015. Antoine Courtin es en la primera de ellas un niño de 12 años, encerrado en el ambiente provinciano de su pueblo rodeado de bosques, Beauval, y en el mundo protector de su madre divorciada. A raíz de una sucesión de sucesos de menor importancia, se deja llevar por un pronto de ira y mata involuntariamente al hijo de un vecino, de 6 años de edad.
A partir de ahí, este suceso marca toda su vida. No la culpabilidad en sentido ético, como remordimiento, sino la imaginación de algo que se le presenta como inevitable y las repercusiones que tendrá en su entorno vital, comenzando con su madre y sus vecinos. Lemaitre tiene una excelente capacidad narrativa. Lo demuestra especialmente en la primera parte, en la que el lector se identifica necesariamente con los sentimientos del joven «criminal», con sus fases de esperanza y desesperanza, con su angustia y con su percepción de las reacciones de su entorno. La trama se ve influida por hechos secundarios, como el famoso ciclón «Lothar» de 1999 y una relación superficial con una vecina, que imprimen un giro inesperado a la narración y a la vida de Antoine.
La segunda y la tercera parte del libro son muy cortas. En contra de la opinión de lectores en diversos foros, pienso que Lemaitre quería exactamente este final para el libro, y no dejarse llevar por la tentación de añadir nuevos acontecimientos a una vida en parte frustrada.

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