Intento de novela de suspense ambientada en el mundo judicial norteamericano. Marcus, fiscal general del Estado en tercera generación, asume un caso de asesinato con violación y ensañamiento y consigue que se condene a muerte al presunto asesino, un latino llamado «Chino». Al acabar el proceso, Marcus decide retirarse de su cargo y reaparece dos años más tarde para publicar un libro. Pero también surgen los fantasmas que le llevaron a dejar su puesto.
La novela vive de las descripciones sangrientas y de estereotipos. Las pistas y las «despistas» que va dando el autor son demasiado transparentes, y el desenlace se espera con prisa para poder cerrar el libro de una vez. Personajes poco creíbles. Mala novela.