Tres personajes sencillos, un empleado de una compañía de transporte en Medellín un agente de policía encargado de los calabozos de la Comisaría Centro de Madrid y el vigilante municipal del cementerio vecinal de Vallecas, nos introducen en una trama criminal con un solo objetivo: que una niña robada a sus padres contribuya a satisfacer el sueño familiar de la mujer de una persona importante.
Mientras personas con poder intentan activamente silenciar el delito y sus consecuencias, la madre de la niña robada se encuentra indefensa en su búsqueda hasta que el policía decide ayudarla. La narración perfila con nitidez la persona del policía, del desesperado padre y de su mujer, mezclando costumbrismo con excursiones al submundo de los narcos y sus sicarios y a las redes de prostitución.
La novela se lee con agilidad y conduce a un desenlace algo forzado pero, en definitiva, credible.