Este libro incluye dos relatos cortos con el inevitable protagonsista de las novelas de Child, Jack Reacher. Podría decirse que son intrascendentes —de hecho, lo son, algo que tienen en común con una gran mayoría de las novelas publicadas, buenas y malas— pero, en combinación con el prólogo, nos permiten captar la intención y el mensaje del autor, y nos invitan a reflexionar sobre la literatura de entretenimiento, por llamarla de algún modo. No voy a entrar aquí en disquisiciones filosóficas sobre el arte y el entretenimiento, solo añadir un factor adicional, que el autor firma sin tapujos para su obra. Lee Child, seudónimo del inglés James Grant, nacido en 1954, comenzó a escribir cuando perdió su empleo en Granada Television, una cadena local británica, y su objetivo era ganar dinero con sus novelas. Y lo ha conseguido plenamente. Las casi 30 novelas de esta saga han sido traducidas a más de 40 idiomas, se han vendido en más de cien millones de ejemplares y se han llevado al cine (dos veces, con Tom Cruise) y recientemente a la televisión como serie (dos temporadas). La traducción al español está encomendada a Aldo Giacometti, un argentino, que conserva bastante bien el ducto original. Sus textos no son prolijos en modismos de su país, aunque tampoco faltan. Child creó el personaje, Jack Reacher, de la nada, y le dio el nombre de Reacher un día en que su mujer, en un supermercado, le dijo que, con su altura, podría trabajar como Reacher, «alcanzador» de artículos de los estantes superiores. A pesar de ser inglés, el estilo y la ambientación son muy estadounidenses, con todo lo que ello puede conllevar y confirmando todos los tópicos sobre ese país. Más o menos una vez al año publica una nueva entrega (algo que tiene en común con el autor de novela de espías Daniel Silva y con otros autores), y tengo que reconocer, sin que me dé vergüenza, que los leo con gusto, a veces conscientemente como relleno entre dos novelas de mayor relevancia por su contenido o sus pretensiones dramáticas o lingüísticas.
Con esta entrada no pretendo romper una lanza por la literatura ligera —eso se lo cedo a los especialistas— sino, sencillamente, aportar algunas ideas que puedan ayudar a encuadrar estas novelas en el gran mundo de la literatura.
Los dos relatos de este libro nos presentan a un Jack Reacher saliento de la adolescencia (Noche caliente), que recala en Nueva York el día del gran apagón en verano de 1977, y asume la defensa de una de sus inevitables causas, enfrentándose a una mafia local, y a un Jack Reacher ya ejerciendo de policía militar, que soluciona en poco tiempo un caso de asesinato de una teniente coronel. Me ha gustado más el primer relato que el segundo.
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