Accidente nocturno, Patrick Modiano


Las breves novelas de Modiano no son narraciones al uso. La trama es prácticamente inexistente, y los pensamientos y recuerdos de los protagonistas se diluyen en las calles de París, sin que el lector pueda desprenderse de ellos. Accidente nocturno comienza, tal como se refleja en el título, con un leve accidente en una pequeña plaza de París. El atropellado y narrador es un joven todavía menor de edad, que vive solo y no tiene realmente relaciones estables. La conductora del coche, un fiat color verde agua, como lo describe un tercer implicado, deja huellas imprecisas, que el joven sigue hasta dar con ella.
Una convalecencia de duración imprecisa en dos clínicas cercanas al Sena termina con una generosa indemnización por parte del empresario que acompañó al herido hasta el hospital. A partir de ahí, el narrador alterna entre dos planos temporales y va mezclando recuerdos, en los que confunde a distintas personas y a su propio accidente con el de un perro algunos años atrás.
El ambiente onírico de las narraciones de Modiano recuerda a otros escritores, como Murakami, y envuelve al lector dejándolo sin certezas acerca de los personajes y de los hechos. Significativa es la siguiente descripción de su editorial: «La novela es una muestra del poder evocador de la prosa de Patrick Modiano y de su portentoso manejo de la ambigüedad y la incerteza como ejes vertebradores de una obra literaria insobornable y esencial.» Que cada uno entienda esa frase como mejor le parezca.

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