Breo, Francisco Narla


Nueva novela épica de Francisco Narla, escenificada, cómo no, en los valles y bosques de Galicia. El autor mismo destaca en el epílogo que se trata de un cuento y que, como corresponde a este género literario, no ha intentado exponer conocimientos asegurados de historia de los celtas, ni de la técnica de extracción de oro que podemos intuir en Las Médulas. No obstante, el autor se ha esforzado por imbuir su narración de elementos que acentúan el carácte épico de la trama.
El cuento relata la rebelión de unos pocos celtas contra los omnipotentes romanos. La fama del líder a su pesar y las leyendas ligadas al nombre de su padre llevan al mismísimo Nerón a enviar a algunas de sus mejores legiones y a un experto asesino, Sila, con el fin de acabar de una vez para siempre con la resistencia de esos «barbudos pestilentes».
Los personajes están bien escogidos, e incluyen tanto jefes de clanes acomododados en la llamada paz romana como otros escondidos en castros ocultos y esforzados en no llamar la atención, y también algunos, muy pocos, dispuestos a luchar y a optar por la muerte en libertad en lugar de la vida como esclavos. La desproporción entre los efectivos celtas, mal armados y reñidos entre sí, y la maquinaria de guerra de la Loba, una de las más efectivas de la historia, exige fuerzas más allá de lo humano para fundamentar esperanzas. Breo se sabe elegido, y es guiado al comienzo de la historia por Tana, una meiga, y respaldado por Niske, hija de reyes, y por un bardo empeñado en cantar la historia de estos héroes.
El lenguaje elegido por Narla, acorde con el carácter épico y dramático, resulta a lo largo de las páginas algo cansino. También la repetición de fórmulas de cortesía. No obstante, el libro se lee con gusto y vuelve a revelar el talento narrador de Narla.

La opinión de los demás:
Su padre había iniciado el camino, pero fue traicionado. Él, sin embargo, se refugió en la costa, lejos de los clanes; sólo deseaba embarcar hacia las verdes islas del norte y seguir los pasos de las antiguas leyendas.
Pero su pueblo agonizaba, esclavizado en la mayor mina de oro de la todopoderosa Roma.
Una bruja de la Orden lo fue a buscar. Una joven destinada a liderar a los hombres lo creyó posible.
Y, entre los lujos de Roma, ahogado en vino, ahogado entre sus excesos, Nerón clamó venganza y aulló por la conquista absoluta. Nunca antes se reunieron tal número de legiones. La consigna era matar a cualquiera capaz de sostener un arma.
Y fue entonces cuando el linaje y la herencia lo obligaron a luchar. Sólo había una salida: terminar lo que su padre había empezado. Rebelarse. Juntos plantarían cara al imperio más poderoso de todos los tiempos.
Niske unió a los clanes. Y, al fin, Breo desafió a Roma.

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