Una historia crepuscular, Stefan Zweig


La sensibilidad de Stefan Zweig al describir estados de ánimo es de sobra conocida. No obstante, sorprende cada vez que se lee alguna de sus obras, en especial los relatos cortos, cuentos o «Novellen» en alemán. Con un lenguaje sublime, perceptible incluso en las traducciones, va vinculando al lector al protagonista de su obra, haciéndole partícipe de sus anhelos, sus miedos, sus sueños y sus limitaciones.
En Una historia crepuscular, cuento de unas 30 páginas, Zweig se introduce en la cabeza y en el corazón de un adolescente inglés de 15 años, inmerso en un mundo de adultos acomodados, que descubre por primera vez lo que significa amar y ser amado y conoce las dificultades que conlleva aceptar y exponer los propios sentimientos.
El protagonista, Bob, se ve sorprendido por un beso apasionado durante una noche de verano en el jardín de un castillo escocés. Tras la sorpresa, que se repite al día siguiente, arde de deseos por saber quién le ha manifestado de forma tan efusiva su cariño.
Un relato excelente, que invita a leer otros textos de este autor.

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