Tiempos de hielo, Fred Vargas

Un aparente suicidio en París es el punto de comienzo de una nueva investigación del comisario Adamsberg. El policía encuentra un símbolo desconocido pintado con lápiz de labios en la bañera de la supuesta suicida, una profesora de matemáticas jubilada. Una vecina comunica que, poco antes de su muerte, había echado al correo una carta de la fallecida. Esto lleva al comisario a un segundo suicidio, y al mismo símbolo en un sillón. A partir de ahí comienza una investigación que, poco a poco, se va enmarañando, y que alterna entre una excursión a una pequeña isla al norte de Islandia y una asociación que escenifica periódicamente las asambleas revolucionarias de 1793 con citas originales y ropa de época.
Como en otras novelas de Fred Vargas, la trama propiamente dicha tiene lugar en la brigada de investigación, campo de enfrentamiento entre policías de idiosincrasias muy diferentes, que buscan la verdad a partir de sus limitaciones y con sus propios métodos. Otra característica de las obras de Vargas es la erudición histórica, presentada por la autora de una forma entretenida. A diferencia, por ejemplo, de las novelas de Dicker, la intriga se integra armoniosamente en el relato de la investigación, sin pistas falsas para desorientar al lector más que a los investigadores. Muy Buena novela.

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