Pocos años después de la premiada novela «La verdad sobre el caso Harry Quebert», el autor suizo Joël Dicker vuelve con el mismo personaje-narrador, el escritor Marcus Goldmann. Otros paralelos con la anterior novela son los saltos en el tiempo, a veces un tanto exagerados, que exigen una gran atención al leer el libro, y el ocultamiento innecesario de hechos por parte del narrador con el fin de mantener un cierto suspense. Las referencias al «Drama» en el libro son otra treta narrativa que hace que el lector se sienta algo defraudado cuando, por fin, se llega a dicha situación.
Por lo demás, los personajes son interesantes, las relaciones entre ellos factibles y el estilo narrativo sencillo y agradable.
Una novela entretenida, sin mayores pretensiones.
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