Eva, Arturo Pérez-Reverte

Segunda entrega de la serie anunciada por Pérez-Reverte en torno a Lorenzo Falcó, un espía a las órdenes de un oscuro servicio secreto «nacional» durante la Guerra Civil. Esta vez, el encargo recibido de su jefe lo lleva a Tánger, en donde un barco mercante bajo bandera republicana que transporta una parte del oro del Banco de España ha buscado protección de la marina «nacional». Otros dos personajes recuperados de la primera novela son Eva, agente rusa que escolta el envío, y Paquito Araña, pistolero y homosexual, colaborador habitual de Falcó en misiones peligrosas.
A diferencia de James Bond, a Falcó le salen mal muchas cosas. No por falta de oficio, sino porque la vida es así. Además, se despeina, se ensucia la ropa, y le sacuden la badana cada dos por tres, lo que no disminuye su éxito con las mujeres, una circunstancia que aporta a la novela escenas eróticas cada vez más largas y frecuentes. Como es habitual en este autor, la documentación es ejemplar, con las licencias habituales en una novela. También están logrados los caracteres. En esta novela, el más interesante es sin duda el capitán del barco republicado, Quirós. La acción es ágil, pero no trepidante, y la prosa cuidada.
Falcó va camino de convertirse en un Alatriste del siglo XX, si bien con menos sentido del honor y menos credibilidad que el espadachín.

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