Crimen contra la humanidad, Alberto Vázquez-Figueroa

Este libro de Vázquez-Figueroa, al igual que otros recientes del mismo autor, no pretende ser una narración, a pesar de contener elementos de novela negra, sino más bien una denuncia. Una denuncia global. Como tal tiene mérito, y es probable que yo hiciera lo mismo que él, aprovechando el prestigio que tiene como novelista.
La trama es sencilla: un guionista muere a consecuencia de las lesiones sufridas, al parecer, durante un atraco ocasional. Diversas personas, incluyendo su socio, un extravagante millonario inglés heredero de un consorcio de armamento y una actriz siciliana de armas tomar intentan descifrar un misterioso mensaje: desde el hospital, el moribundo encargó a una enfermera que enviara una colilla en un sobre a su socio.
A partir de ahí van «destapándose» o denunciándose situaciones o más bien escándalos dirios a los que nos hemos acostumbrado de tanto leerlos en los periódicos: los fugitivos «lanzados» al Mediterráneo por políticos para distraer de los problemas en el continente africano, los negocios millonarios de los fabricantes de armas, los daños originados por el tabaco y las drogas, la explotación de la mano de obra en Bangladesh, etc.
El lenguaje no es el que conocemos de Vázquez-Figueroa, sino otro mucho más ameno y moderno. ¿Casualidad? No lo sé.

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