La tierra que pisamos, Jesús Carrasco

Nos encontramos a comienzos del siglo XX. Toda Europa y parte de África han sido conquistadas por un imperio sin nombre. Eva Holman, la mujer de un coronel retirado y demente, vive en Extremadura como en una colonia, en una casa requisada a sus propietarios «indígenas». Un día aparece en el huerto de la casa un hombre, visiblemente enloquecido, que no habla ni reacciona a estímulos externos, pero que se apega literalmente a la tierra que pisa. En una narración que alterna el presente con el pasado desde varias perspectivas, vemos cómo cambia la mujer, consciente de lo que su imperio ha hecho en los países conquistado en el nombre de supuestos ideales de honor y grandeza.
La novela retoma el ritmo lento de «Intemperie», con un estilo cuidado y sencillo, que sugiere más que narra. Una historia de ocupación y de guerra, de choque entre culturas, de incomprensión y crueldad, de valores invertidos, que podría situarse en cualquier época y en cualquier lugar, pero que impacta por encontrarse en un entorno histórico y geográfico más reproducible. Muy buena novela.

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