La tempestad, Juan Manuel de Prada

Premio Planeta de 1997. Yo personalmente pienso que no es la mejor obra de Juan Manual de Prada. La trama nos llega narrada en primera persona por su protagonista Alejandro Ballesteros, un aspirante a cátedra de historia del arte en alguna ciudad española. Su caprichoso catedrático le ha concedido la oportunidad de acudir a Venecia para ver en directo La tempestad de Giorgione y comentar sus hallazgos con Gilberto Gabetti, director de la galería de la Academia. Nada más llegar al albergue que lo debería hospedar durante su estancia escucha un disparo en un palacio cercano y es testigo de la muerte de un hombre.

A partir de ahí comienza una retahíla de sucesos, aparición de personajes, conversaciones, sospechas y, sobre todo, reflexiones del autor sobre el arte, sobre el amor, sobre Venecia, sobre la decadencia, sobre la corrupción y sobre mucho más, que dificulta seguir con un mínimo de intriga la narración pseudopolicíaca.

Muchas de las novelas que eligen Venecia como sede tienen algo en común: se enredan en torno a los canales, los puentes, las callejas, las iglesias y los palacios de esta singular ciudad, y despiertan el interés del lector por conocerla. Esta novela no es una excepción. El lenguaje es a veces un poco rebuscado, barroco, y el derrotismo del protagonista puede resultar hasta molesto.

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