El tango de la guardia vieja, Arturo Pérez-Reverte

Vuelve el mejor Pérez-Reverte con una de sus grandes novelas, con una ambientación perfecta como acostumbra, una buena dosis de intriga y, esta vez, también algunas páginas de erotismo. A diferencia de Murakami, que describe el sexo en sus novelas como describe una receta de cocina o el modo en que sus protagonistas doblan la ropa, Reverte busca crear un clima sentimental y erótico en torno a los dos protagonistas principales. Una es Mecha Inzunza, la acomodada mujer de un conocido compositor que se dirige en barco a Buenos Aires para componer un tango e intentar así ganar una apuesta con Ravel. El otro es Max Costa, por utilizar uno de sus falsos nombres. bailarín profesional a bordo del transatlántico, que establece una relación con el matrimonio.

Otros dos encuentros de Mecha y Max, uno en Nizza durante la Guerra Civil y otro en Sorreno muchos años después durante un campeonato de ajedrez entre el ruso campeón del mundo y el postulante, hijo de Mecha, completan los escenarios, entre los que alterna Reverte sin que exista nunca peligro de confusión. Unas comprometedoras cartas del conde Ciano, el pasado arrabalero de Max y el mundo del ajedrez se mezclan como ingredientes en una novela que, sobre todo a partir de la mitad, es difícil de dejar de la mano…

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