Riña de gatos, Eduardo Mendoza

Eduardo Mendoza afronta con esta novela un tema muy sugestivo, que otros autores habrían desarrollado en muchas más hojas. Normalmente, este hecho es de agradecer. También en este caso, pues la novela resulta densa y, pese a todo, agradable de leer.

Anthony Whitelands, un inglés especialista en pintura española, acude a Madrid en la primavera de 1936 para tasar algunas obras de un noble, quien pretende supuestamente poner a salvo su patrimonio ante una posible guerra. Al llegar a la España de la preguerra, Whitelands aprecia la crispación en la sociedad. Acude pronto a la residencia de su cliente quien, después de una primera prueba, le muestra un cuadro, aparentemente de Velázquez, desconocido y que podría explicar muchos aspectos de la vida del pintor. En esa casa conoce también al marqués de Estella, más conocido como José Antonio Primo de Rivera, con el que traba amistad sin compartir sus ideas políticas

Por su inocencia, su ambición y su carácter mujeriego, se deja envolver rápidamente en diversas aventuras, poniendo en riesgo su vida, durante las que se enfrenta a la policía, a los falangistas y a agitadores de izquierdas.

La trama es ágil, las sorpresas muchas, y la ambientación, pese a la brevedad de la obra, lograda. Un Mendoza distinto, para disfrutar.

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