La nieta del señor Linh, Philippe Claudel


Esta entrañable narración de Philippe Claudel es una de esas novelas que se leen en un santiamén y dejan un agradable sabor de boca. Por el tema, por el modo de contarlo, por la humanidad de los personajes. Por la esperanza que emana del protagonista.
El señor Linh ha huido de un país no nombrado pero que, como se aprecia, tiene que ser Vietnam, después de una de las muchas guerras que ha sufrido su patria. En esta han perdido la vida su mujer, sus hijos y la mayor parte de los habitantes de su aldea. Solo le queda una nieta, Sang Diu, de pocas semanas de edad. A su llegada a un país occidental, presumiblemente Francia, es alojado en un antiguo almacén junto con otros refugiados. Una vez que se atreve a abandonar el edificio para que la niña tome algo de aire, entabla una conversación sin palabras con un hombre gordo, fumador empedernido, que confunde la fórmula de saludo de Linh con su nombre. A pesar de no entender ni una palabra, Linh aprecia en ese hombre, llamado Bark, un ansia de amistad y de cariño, de modo que se ven a diario en el banco de un parque.
La narración da dos giros inesperados que ponen en peligro la armonía en la vida de Linh y la amistad con Bark.
Preciosa novela.

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