Madrid 1945, Andrés Trapiello


Entre los temas recurrentes de Trapiello se encuentran la ciudad de Madrid y el Quijote. En este libro, que no es novela, sino documentación con un mínimo de valoración de hechos y personas, inevitable al hablar de la Guerra Civil y el franquismo, el autor puede combinar ambos. Se trata de la edición ampliada de otro libro publicado en 2001, basada en nueva documentación y nuevas investigaciones en torno a los personajes principales de aquellos hechos.
Los hechos básicos, que tuvieron consecuencias previsibles, y otras menos previsibles, para los involucrados y para la sociedad española, son el asesinato de dos personas, un mando intermedio falangista y un conserje, en la subdelegación de la Falange en un chalé de Cuatro Caminos en Madrid. El atentado se llevó a cabo con eficacia y con rapidez. Las medidas subsiguientes para evitar la detención no funcionaron como debían, y la extensa labor de zapa de los órganos de la policía y la justicia en aquellos años, en especial del personal de la DGS, condujeron con cierta rapidez y no sin casualidades a la detención de los ejecutores, de sus cómplices, del que dio la orden y de otras personas que no tuvieron nada que ver con el crimen pero que, siguiendo la lógica de aquellos años, acabaron igualmente ante el piquete de ejecución.
Como es normal en una obra de este tipo, que pretenda alcanzar algún rigor histórico, la narración abunda en personajes, lugares, declaraciones, documentos, revocaciones de afirmaciones y mucho más, por lo que no resulta fácil leer las 473 páginas. No obstante, pienso que vale la pena para comprender mejor esos años de la historia de España, que hoy en día son zarandeados por políticos y no políticos a golpe de lugares comunes y acusaciones generalizadas.
Trapiello denuncia en su narración los métodos de la represión franquista, sin distinguir —¿cómo hacerlo?— entre los hechos derivados de las consignas recibidas de otros fruto de las convicciones personales e incluso, sin duda, de desviaciones patológicas de algunos. También denuncia y pone en cuestión los métodos de los guerilleros, tanto frente a los «fascistas» o la sociedad en general como entre los diversos grupos y sus dirigentes, con nombres tan prominentes como la Pasionaria y Santiago Carrillo.
En resumen, un pedazo de historia que, nos guste o no, nos ha llevado junto con muchos otros a donde nos encontramos ahora.

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