Astillas en la piel, César Pérez Gellida


Nueva novela del género negro de este autor castellano, que destaca tanto por su estilo peculiar y su enorme producción como por su comunidad de seguidores, que él sabe cuidar y que aprecian el sello «gellidista». He leído la mayoría de sus obras y tengo que reconocer que me han gustado lo suficiente como para hacerme con cada nueva aparición. Si me preguntan qué encuentro atractivo en las novelas, destacaría en primer lugar la trama inteligente, cuyos elementos Gellida resume con frecuencia al final de la novela, o incluso dentro de ella, en palabras de alguno de los protagonistas. A esto se suma el lenguaje, moderno, directo y cultivado, con una precisa selección de términos y dichos, y unos personajes creíbles, aunque no siempre atractivos.
En esta novela, cuyo desenlace me cuidaré mucho de revelar, encontramos a dos antiguos amigos, que compartieron un internado cerca de Madrid y más tarde algunos años en la universidad. Uno de ellos se ha convertido en un apreciado autor de novela negra, el otro en enigmista, es decir, creador de crucigramas y pasatiempos similares. El negocio del primero va viento en popa, el del segundo está en decadencia debido a la disminución de las ventas de prensa impresa. Ambos se encuentran en un pequeño pueblo de la provincia de Valladolid, donde el crucigramista piensa haber encontrado a un enemigo común, un antiguo profesor del internado, que abusó de él durante todo un año.
La trama transcurre muy lentamente, se centra realmente en una sola noche, y se completa con recuerdos de ambos protagonistas y, casi como decorado, con los discretos avances de los dos encargados de la investigación, un teniente de la guardia civil y una comisaria de Valladolid, que conocemos ya de otras novelas de Gellida. El personaje del abusador contiene elementos distintivos, que lo distinguen de los estereotipos.
Novela muy en la línea de este autor, entretenida y en parte sorprendente.

Esta entrada ha sido publicada en Novela y etiquetada como . Guarda el enlace permanente.

Deja una respuesta