Sinsonte, Walter Tevis


Las distopias están de moda, como ya he comentado hace poco en el blog. Las hay mejores y peores. Las hay que se quedan en el gusto de construir un mundo particular, en plan Creador del universo, y jugar con las situaciones, y las hay que plantean temas de fondo, sea por la tremenda, sea de un modo más sutil. No es difícil montar una novela así, pues el lector identifica automáticamente las situaciones y descripciones distópicas con el mundo que lo rodea y enlaza con la trama.
Este libro de Walter Tevis no está mal, aunque no llega a la categoría de una obra de Huxley o Orwell.
En un mundo futuro, en el que los robots han asumido el mando sobre una humanidad desposeída de su alma, de su capacidad de reproducción y de su capacidad de razonar, entontecida por la televisión (o los videojuegos) y las drogas, aparecen dos personas que se desvían del sistema. Uno, profesor de universidad, porque ha conseguido aprender a leer viendo películas antiguas y tiene por tanto acceso a informaciones que quedan ocultas a los demás. Otra, que ha logrado «salirse» del sistema y esconderse en el zoológico de Brooklin, porque ha dejado de tomar las drogas (sopores) y, por consiguiente, es capaz de quedarse embarazada. El tercero es un robot de la máxima categoría, de varios cientos de años de «edad», que ha asumido la tarea de «pastorear» a la humanidad hasta que desaparezca definitivamente por falta de capacidad de reproducción.
El resto es previsible y, sin pretender incluir un spoiler en este blog, puedo decir que tiene un cierto tono esperanzador al final. Me ha dejado con ganas de leer algún otro libro suyo.

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