Las gratitudes, Delphine de Vigan


El título de esta novela es tanto un resumen del contenido como, al mismo tiempo, un mensaje. La autora la escribió pensando en una tía suya, que falleció con 99 años en una residencia. Michka es una anciana que tiene que mudarse a una residencia, pues precisa atención las 24 horas del día. La novela nos relata los problemas de adaptación, las dificultades que la protagonista tiene con el lenguaje, y su relación con una joven vecina, Marie, con la que mantiene una relación casi materno-filial, y con el logopeda de la residencia, Jerome, un profesional que se enfrenta a diario a causas perdidas, sin que ello le lleve a renunciar a una postura positiva y solidaria.
Michka tiene una obsesión: encontrar a un matrimonio que la acogió durante los años finales de la guerra, protegiéndola de la persecución de los judíos, con el fin de poder agradecerles lo que hicieron por ella.
En las conversaciones de Michka con Marie y con el logopeda, la autora subraya la importancia que tienen las palabras, la comunicación. Al mismo tiempo, todos son conscientes del proceso inexorable de la vejez y la enfermedad.
La novela está escrita con gran sensibilidad, sin caer en tópicos, y conservando al mismo tiempo un tono general de esperanza.

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