Mirando al sol, Julian Barnes


Narración breve de Julian Barnes en torno a los interrogantes que encontramos en muchas de sus novelas: la vida y la muerte, la existencia de Dios, las relaciones con otras personas, la sexualidad. Como de costumbre, Barnes no las analiza sistemáticamente, sino que va poniendo preguntas y algunas respuestas en la boca de sus protagonistas. Estos son Jean Sergeant, una mujer que aparece en el libro en tres etapas de su vida, como niña haciendo de caddye de su tío Leslie, como divorciada y madre de un joven indolente llamado Georgy, que decide visitar las siete maravillas del mundo, y como casi centenaria, en conversaciones con su hijo acerca del sentido de la vida y del suicidio.
Barnes se desliga de una forma muy elegante y muy británica de las opiniones de sus personajes y, al hacerlo, devuelve la iniciativa al lector. Las imágenes que elige para sus libros son altamente sugestivas, como en este caso: un piloto que vuela hacia el este es testigo de la salida del sol sobre el mar desde una gran altura y, poco después, al perder altura para aterrizar, se repite el fenómeno. Así se convierte en una de las pocas personas que ven salir el sol dos veces en el mismo día y en el mismo lugar. Esta cuestión de perspectiva, y acerca de la posibilidad o imposibilidad de ver de cara a cara al sol, o a la verdad, nos acompaña durante toda la lectura.
Tengo que decir que me han gustado más otras novelas de este mismo autor.

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