La insolación, Carmen Laforet

Los libros de Carmen Laforet, de Sánchez Ferlosio y otros autores de la misma generación son muy distintos de las novelas de moda actualmente. En ellas pasa relativamente poco, no intentan sorprender al lector con giros imprevisibles, no pretenden ser un guión cinematográfico, y el lenguaje no es tampoco insólito, ni demasiado culto, ni rebuscado.

Al mismo tiempo, cautivan al lector. Al menos a determinados lectores: me gustaría conocer la opinión de alguien de la siguiente generación. Quizá se deba a la caracterización de los personajes, distinguiendo claramente entre los protagonistas y las figuras secundarias, que aparecen no obstante también con rasgos muy nítidos, creíbles.

Laforet quería crear con «La insolación» un ciclo literario de tres novelas. En esta se narra la historia de los veranos que Martín, un joven de 15 años al comienzo de la novela, pasa en un fingido pueblo alicantino en los años de la Segunda Guerra Mundial. Criado por sus abuelos, pasa los veranos con su padre, militar, y su madrastra Adela. En sus correteos conoce a Anita y Carlos, dos jóvenes de origen extranjero, que habitan una casa propiedad de un inglés vecina a la del padre de Martín.

En su relación con estos dos jóvenes, veleidosos y divertidos, Martín comienza a vivir una vida paralela, en la que se olvida de los problemas reales en su convivencia con su madrastra, de sus planes, del ambiente cerrado de un pueblo de la costa.

Recomendable para desintoxicarse de la novela «a máquina» contemporánea.

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