Castellano, Lorenzo Silva


Hace ahora cinco siglos, algunas ciudades de Castilla se levantaron en armas contra el monarca más poderoso de su siglo, Carlos I o Carlos V, según la perspectiva elegida. El nieto de los Reyes Católicos, educado en Flandes, heredó el trono de Castilla por incapacidad de su madre Juana, e implantó un gobierno férreo a distancia por medio de sus regentes.
Su gran sueño era convertirse en el emperador más poderoso de la historia, asumiendo la tradición de Julio César y de Carlomagno. Estos sueños no eran compartidos por sus súbditos en la península ibérica, que se vieron relegados a meros contribuyente en manos de virreyes y gobernadores que, en buena parte, no buscan sino medrar en el nuevo imperio.
No es sorprendente que las ciudades y villas, que se consideraban instancias legitimadas para gobernar, intentaran por todos los medios desprenderse de los yugos (sin flechas, todavía) que les imponía un teenager que ni siquiera hablaba bien su idioma. Una vez que la vía diplomática fracasó, se formaron interesantes alianzas entre nobles, eclesiásticos y menestrales para imponer sus exigencias al emperador del Sacro Imperio Romano Germánico, nada menos. Como es sabido, la revolución de los llamados comuneros (por las comunidades a que representaban, no por ser antepasados de los comunistas) acabó mal. Los tres cabecillas Padilla, Bravo y Maldonado fueron ejecutados tras la derrota en la batalla de Villalar, y no conservaron más que tres calles en el barrio de Salamanca que, eso sí, han subido de categoría en los últimos años.
Lorenzo Silva no es historiador, y lo comenta, pero ha hecho trabajo de investigación para escribir este libro. Más importante aún que esta faceta es el cariz confesional del libro, en el que Silva se confiesa castellano, y explica los motivos que le han llevado a esta constatación, relacionados con su trayectoria personal (ha vivido durante muchos años y muy a gusto en Barcelona). Un tercer aspecto que se alterna con la narración de los hechos históricos y la perspectiva personal es la mención de algunos personajes que forman parte de esa Castilla en los siglos pasados, como El Cid, los Reyes Católicos, Cervantes y el Quijote o los conquistadores de América.
Me ha gustado el planteamiento, la prosa siempre agradable de Silva, a la que añade un cierto arcaicismo en los segmentos históricos, y los acertados apuntes sobre la historia y los hombres y mujeres de castilla. Un punto de crítica es, quizá, que la obra se hace algo larga. Pero recomendable en cualquier caso para todos los que se sienten vinculados a las tierras de Castilla (y León, quizá también).

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1 respuesta a Castellano, Lorenzo Silva

  1. Isabel dijo:

    Se me ha hecho pesado. La verdad es que los grandes novelistas, como Lorenzo Silva o Vargas Llosa, del que leí el año pasado Tiempo fuerte y es del mismo estilo, una suerte de crónica documentada y -poco- novelada de un acontecimiento histórico, se ponen muy pesados con los datos cuando se deciden a documentar un libro. No es lo suyo, y se nota. Lo hacen muy bien, no se les puede poner una pega histórica, pero dan demasiados datos -los historiadores saben mejor lo que deben poner a pie de página para dar un poco de agilidad- y se hace farragoso y poco interesante. El tema era sabido, y sobran muchísimos datos que no tienen más interés que ubicar muy bien el tema, pero el libro está dirigido a lectores de novelas y no a estudiantes de historia, y hay una diferencia en la valoración de lo que es «pesado» y lo que es «interesante»

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