Las inquietudes de Shanti Andía, Pío Baroja

A estas alturas no hace falta hacer una descripción-resumen de este clásico de la literatura española, que muchos de nosotros han leído obligados en el colegio.
Sin embargo, o precisamente por ello, he disfrutado releyendo este libro repleto de aventuras marinas y de la vida en un pueblecito vasco, con sus costumbres y sus leyendas.
El estilo narrativo de Baroja marca su impronta a cada una de las páginas. El aire melancólico del puerto de Lúzaro y la costa del Cantábrico se conserva incluso en las incursiones marinas en la costa de África y en la vida cotidiana de un barco negrero.
Muchas de las aventuras que cuenta tienen base real y todas son creíbles. El protagonista, al igual que su tío, soportan los bandazos de la vida de marino con luchas, rebeliones, corsarios y cautividades con un estoicismo vasco y encuentran, al final de su vida, una cálida acogida en su tierra.
Es interesante contraponer este libro a los productos concebidos como guión de cine de un Ruiz Zafón o a los compendios eruditos de un Falcones. Baroja demuestra que es posible cautivar al lector y transmitir unos sentimientos con herramientas mucho más sencillas y más auténticas.

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