Conversaciones con mi enano de jardín, Jean-Paul Didierlaurent


Animado por la lectura de otras dos novelas de Didierlaurent (El lector del tren de las 6:27 y El resto de sus vidas), comencé esta novela de título tan sugestivo. El comienzo recuerda a las otras dos novelas: Xavier, un personaje con una profesión singular a la búsqueda consciente o inconsciente de algo que dé sentido a su vida. Ahí terminan ya las similitudes, pues el antagonista del protagonista no es una persona en una situación también curiosa, un enano de jardín. No es extraño si se tiene en cuenta que nuestro héroe es jefe comercial (en realidad, el único vendedor) de un fabricante de enanos de jardín, otrora artesanal, en la actualidad una empresa fantasma dominada por capital estadounidense, que adapta y distribuye figuritas de resina fabricadas en China. El enano le lleva a descubrir una grieta en la pared de su casa de campo, semioculta tras una espesa hiedra. Decidido a deshacerse de esa fisura, que siente penetrar en lo más profundo de su ser, va deshaciendo uno tras otro los hilos que le unen con su insulsa vida, para trasladarse nada menos que a las antípodas, donde el destino le tiende las redes a una nueva vida.
La novela está escrita con el mismo tono sarcástico de las otras novelas, y se lee con gusto hasta las últimas páginas, que sorprenden al lector. Excelente.

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