El último Catón, Matilde Asensi

No había leído este libro a pesar de la popularidad que alcanzó en su día. El plot podría ser de algunos de los escritores de religión-ficción que abundan hoy en día. Una monja investigadora que trabaja en el Archivo Secreto del Vaticano recibe un encargo sorprendente: analizar unos curiosos tatuajes encontrados en el cuerpo de un etíope fallecido en un accidente de aviación. En cooperación con un capitán de la Guarda Suiza y un orientalista copto comienza una carrera contra el reloj a lo largo de las siete cornisas del Purgatorio de la Divina Comedia de Dante.
Hasta ahí parece interesante, y la ingente cantidad de nombres, fechas y datos difíciles de verificar que van apareciendo por las páginas y la retahila interminable de lugares comunes y observaciones negativas y displicentes sobre las religiones en general y la Iglesia Católica en particular podrían tragarse si la narración no se volviera con cada página más inverosímil, el ritmo más agónico y la monja más histérica. Al final es inevitable ir saltándose páginas para, al menos, acabar con honra la lectura. Totalmente prescindible.

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