El cantante de un grupo musical emergente aparece muerto de un tiro en la cabeza, probablemente un caso de suicidio. Sus colegas músicos, su agente, sus vecinos y sus amantes relatan su versión de los hechos, remontándose a las historias de muchos de los personajes.
Drogas, sexo, dinero, complejos, prejuicios, todo ello mezclado y dosificado de forma aparentemente aleatoria, alternando narraciones lineales con declaraciones de los personajes a un imaginario autor componen a pesar de todo una novela insulsa, sin fuerza ni agarre. Se agradece al menos el cambio de lenguaje en las relaciones en primera persona. La tercera novela de esta autora que me decepciona.