Primera novela de esta periodista, que ha alcanzado al parecer un cierto éxito de ventas en España. Realmente no lo entiendo. Mala. Repetitiva. Le sobran la mitad de las páginas.
La he acabado a trozos por ver si mejoraba. Algunos monólogos de las amigas de Candela resultan al menos ingeniosos. El resto es un discurso de autocompasión de una fotógrafa en la treintena, abandonada por su amante, un modelo más joven que ella, que no estaba dispuesto a comprometerse. La pescadilla que comienza a comerse la cola en el primer capítulo acaba mareando la perdiz y al lector al final. No la recomiendo.