Belén Gopegui sorprende casi siempre por los temas que elige para sus libros. Por medio de la trama concreta, la autora realiza excursiones en diversos campos e invita a reflexionar.
En esta obra, los protagonistas son una vicepresidenta de un gobierno socialista en la España de la crisis, un joven hacker perseguido por una dudosa organización india y un abogado que vive de defender a seguratas y que vive una segunda vida como hacker. La vicepresidenta, que se encuentra en una fase crucial de su legislatura, cuando encuentra incompatibilidades entre la línea de su gobierno y sus propias convicciones políticas en relación con los bancos, se encuentra un día con un intruso en su ordenador personal privado. La «flecha» como llama ella al visitante, pone a su disposición algunas informaciones interesantes, pero ella busca algo más en esa compañía anónima.
La novela plantea grandes incógnitas, no tanto en cuanto a la seguridad de la información, tema de sobra conocido, sino en cuanto a la indefensión de los ciudadanos e incluso de los gobiernos frente a una banca liberalizada. Como en otras obras de Gopegui, se echa de menos una visión algo más positiva, más abierta a posibles soluciones. En cualquier caso, recomiendo la lectura.
Conocí a Belén Gopegui cuando éramos más jóvenes, y desde luego entonces tenía motivos para una visión poco esperanzadora de la vida y el mundo. No sé si ahora pensará otra cosa, pero parece que no.
A mí me gustó mucho su primera novela, La escala de los mapas, y sobre todo el catarro en el parador de Cuenca. Pero, a partir de entonces, creo que el resto de libros de ella que he leído -no muchos, reconozco- me parece que tienen algunas reflexiones interesantes, como su autora, pero poca trama, ninguna trama o una trama muy mala o muy poco verosímil. En especial El padre de Blancanieves, que le ha gustado a mucha gente que conozco, me ha parecido tan poco estructurado (y sobre todo la parte de la asamblea), que no le encuentro sentido y no he pasado de la pág. 50.
Resumiendo, Belén Gopegui es para los que buscan en una novela que el pensamiento del autor sea interesante, y restan importancia a una buena trama y una expresión literaria.