Engaños, Harlan Coben


Maya Burkett acaba de quedarse viuda. Su marido, miembro de una familia de adinerados empresarios, ha sido asesinado por dos malhechores callejeros en el Central Park de Nueva York. Maya sufre bajo los recuerdos de sus acciones en la guerra de Irak, en donde era comandante de un helicóptero, involucrado en una acción en la que murieron varios civiles. Por consejo de una amiga, coloca una cámara oculta con grabadora en el cuarto de su hija Lilly, de dos años de edad, para poder seguir trabajando con la niña en casa. Un día, la grabación de la cámara le muestra una imagen impactante: su fallecido marido Joe entra en el cuarto y saluda a su hija. A partir de ese momento, todas sus seguridades sobre su marido, su familia y su vida anterior se tambalean, y decide comenzar a investigar por su cuenta.
Harlan Coben es uno de los mejores escritores de novela negra y de misterio en los Estados Unidos, que ha ganado la mayoría de los premios a este tipo de literatura. Sabe dosificar la información que transmite al lector para mantener la intriga hasta la última página, sin necesidad de engañar al lector con pistas falsas. Esta novela es un buen ejemplo de la «prestidigitación» que practica un escritor de novelas de suspense. La narración en tercera persona exonera al autor de la «culpa» por las suposiciones equivocadas del lector, a las que contribuyen, claro está, los hechos y las declaraciones expuestos y su ponderación en las páginas de la novela. Al mismo tiempo, el escritor intenta dirigir la simpatía de sus lectores, destacando determinadas posturas y reacciones de los protagonistas, despertando su compasión y agudizando otras conductas. De algún modo, es inevitable incluir criterios éticos tácitos en la consideración de la actuación de los personajes, por mucho que se intenten excluir. Sin duda, este es uno de los factores más olvidados a la hora de valorar una novela policíaca. En cuanto al oficio, hay que reconocer que Coben lo tiene.

Esta entrada ha sido publicada en Novela y etiquetada como . Guarda el enlace permanente.

Deja una respuesta