Nada que perder, Lee Child


Duodécima entrega de la saga de novelas de Lee Child protagonizadas por Jack Reacher. Como ya he comentado en otra entrada de estre blog, considero estos relatos como un buen entretenimiento, o como un descanso intelectual entre la lectura de otras novelas de mayor enjundia. La estructura básica de las novelas, el comportamiento de Reacher, la trama no siempre predecible pero factible dentro de un cierto marco y el lenguaje lineal y sencillo hacen que se lean con gusto, que impliquen en una medida suficiente al lector y que distraigan. La ambientación —con frecuencia en lugares inventados, como aquí— es atractiva y no hay escenas desagradables, una vez que se ha aceptado que la violencia contra «los malos» puede estar justificada.
Jack Reacher atraviesa el Estado de Colorado en su periplo hacia San Diego y, después de estar en un lugar denominado Hope, se desplaza hacia el oeste y llega a Despair, ambos pueblos situados al este de las Rocosas. En Despair no experimenta una buena acogida, sino todo lo contrario. Tras una pelea junto a un bar es arrestado, encerrado unas horas en la cárcel y expulsado del pueblo, primero por el juez, y a continuación físicamente por los ayudantes de la policía. Decide regresar a Hope andando y durante la ruta hace un descubrimiento macabro. Se dirige por tanto a la policía de Hope y, como es de esperar del protagonista de estas novelas, no se muestra dispuesto a dejar las cosas como están.
Puede decirse, sin embargo que no es una de las mejores novelas de esta serie.

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