Los armarios vacíos, Annie Ernaux


Annie Ernaux, galardonada con el Premio Nobel 2022 hace una semana, es una escritora incómoda. Desde su primera novela publicada, precisamente esta que comento ahora, Ernaux eligió un estilo intimista, crudo y autobiográfico, sin ahorrar nada al lector. Al igual que otros escritores y escritoras, considera la autoficción como el único estilo de escritura justificable. El lenguaje áspero y las situaciones límite se suman a una cierta autoflagelación – en este caso, entre el amor-odio por sus padres y el sentimiento de culpabilidad que despierta en la protagonista este juicio –, que aparece una y otra vez en la narración en primera persona.
Denise, hija de un matrimonio de extracción social baja en Normandía, ha pasado su niñez en el ambiente sórdido de un bar-tienda, en el que los clientes y parroquianos no dejan a la familia intimidad alguna. Los padres de la niña han logrado, a base de trabajo, una cierta independencia económica, que les ha permitido enviar a su hija a un colegio privado y, más tarde, a la universidad. La narración alterna entre sus recuerdos y alusiones a su situación actual, en la que ha acudido a una clínica clandestina para practicar un aborto. Desde luego, no es una novela edificante, salvo la coherencia con la que la protagonista evalúa su situación.

Esta entrada ha sido publicada en Novela y etiquetada como . Guarda el enlace permanente.

Deja una respuesta