La cucaracha, Ian McEwan


Empecemos por lo más importante: no es una de la mejores novelas de McEwan. Incluso puede decirse que es prescindible, por interesante que sea la idea de escribir sobre el Brexit y de comenzar citando, o revirtiendo, nada menos que a Kafka. En efecto, la primera frase de la novela recuerda al inimitable comienzo de la obra de Kafka, en la que Gregor Samsa se despierta y se da cuenta de que se ha convertido en un enorme insecto. En La cucaracha, quien se despierta es una cucaracha, y en su despertar nota que es ahora un hombre, y no un hombre cualquiera, sino nada menos que el primer ministro o PM del Reino Unido. A diferencia de la obra de Kafka, en la que el bueno de Gregor intenta disimular su nueva condición o, al menos, ser lo menos molesto posible, el insecto de McEwan nace con una misión clara, que es reinvertir el sistema económico inglés, y más tarde el mundial, de modo que las personas paguen por trabajar y reciban dinero por lo que compran.
La novela es corta y algo falta de substancia. Lo que no faltan son citas y referencias a la situación política actual, antes de la llegada del virus. Desde un presidente algo bocazas en los Estados Unidos, adicto a Twitter, pasando por alianzas y desalianzas, e incluso un truco parlamentario en la Cámara de los Comunes, hasta una canciller alemana que intenta averiguar qué pretende realmente su colega británico.

Esta entrada ha sido publicada en Novela y etiquetada como . Guarda el enlace permanente.

Deja una respuesta