Orbital, Samantha Harvey


A la hora de incluir esta obra en una de las pocas categorías definidas, he dudado entre Novela y Poesía. El relato, ficticio, narra la vida de los seis ocupantes de la estación espacial ISS en órbita terrestre. A lo largo de 24 horas, la nave formada por distintos módulos da 16 vueltas a la Tierra, 90 minutos por vuelta, en una órbita oblicua que asciende y desciende por encima de los mares, continentes e islas. La Tierra, a su vez, gira una vuelta entera durante ese mismo periodo de tiempo, de modo que el «paisaje» que contemplan y que se mueve bajo la nave a gran velocidad, varía continuamente.
La narradora alterna la descripción del trabajo de los astronautas, regido por un horario inflexible, con sus horas de descanso, sus breves conversaciones, su interacción con la tierra y sus pensamientos.
El resultado es un collage de pensamientos, sueños, recuerdos y proyecciones futuras desde el singular entorno de la microgravedad. A lo largo de un año experimentan cambios en sus órganos, en sus músculos, en sus pautas de vida. La comunidad internacional a bordo adquiere un carácter peculiar, del que todos son más o menos conscientes. Cada tema, desde la ecología, la historia de la humanidad, la cosmología, la política o las relaciones humanas, adquiere una dimensión única desde la perspectiva extraterrestre, que diluye las fronteras, acorta las distancias y visualiza de un modo distinto fenómenos como un tifón que arrastra las islas de Asia.
Me ha encantado la novela, y no me extraña que recibiera el premio Brooker

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