El niño, Fernando Aramburu


La llamada tragedia de Ortuella está todavía en la memoria de muchas personas. El 23 de octubre de 1980, una explosión de gas propano mató a 50 niños y 3 adultos. Un trágico error del encargado de mantenimiento se llevó por delante las vidas de muchos alumnos del colegio de primaria Marcelino Ugalde y sumió en la tristeza y el desconcierto a este pueblo, situado a pocos kilómetros de Bilbao. El autor, Fernando Aramburu, conserva este suceso en su memoria, y ha decidido plasmarlo en una novela. Los protagonistas son los padres de Nuco, uno de los fallecidos en el siniestro, y el abuelo de éste, Nicasio. La narración va alternando la tercera con la primera persona, especialmente en boca de Mariaje, la madre de Nuco, de origen extremeño, sin que ello dificulte la lectura. También aparece como protagonista, con una licencia especial, la narración misma, que explica en letra cursiva algunos detalles y las decisiones tomadas por el autor durante la escritura.
Dejando aparte los aspectos formales, la novela (o «novelita», como apunta la narración personalizada) describe con una objetividad rayana en la crudeza los procesos psicológicos que tienen lugar en la cabeza y los sentimientos de los afectados por el funesto accidente. A diferencia de Nicasio, un personaje entrañable, que cae en una melancolía casi enfermiza y reacciona de un modo muy peculiar, el padre del niño intenta con todos los medios a su alcance conservar o restablecer la «normalidad» familiar, y Mariaje se revela a su manera contra el destino, asumiendo el mando como hizo desde el comienzo del matrimonio.
Una buena novela, que marca un nuevo hito en el desarrollo de este autor.

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