El buen vasallo, Francisco Narla


He seguido la trayectoria del escritor gallego Francisco Narla desde sus comienzos hasta ahora, incluyendo un libro con el título Caja negra cuya publicación se pospuso por tratar un tema relacionado directamente con la catástrofe del avión de pasajeros estrellado por su piloto en los Alpes.
Los personajes principales de esta novela seudohistórica son el Cid y su hijo Diego. El autor asume los pocos hechos históricos conocidos, los completa con un trabajo documental admirable y compone su novela en distintos capítulos que van saltando en el tiempo y confluyen en la rendición de Valencia ante los almorávides a comienzos del siglo XII. De la figura de Diego Díaz de Vivar conocemos poco, algo de lo que Narla sabe beneficiarse en bien de su narración. Hasta ahí, y en combinación con la ágil narrativa de Narla, la novela se presentaba prometedora.
Por otro lado, el estilo narrativo moderno con el recurso a la doble trama choca con el habla arcaizante de la novela, que incluye términos poco usuales y expresiones árabes, así como un modo de expresarse y dirigirse a otras personas que resulta, al menos, cuestionable. Del mismo modo, las expectativas épicas que despiertan en el lector la figura del Cid y de otros personajes de la época, como el rey Alfonso VI, el Conde Ramón Berenguer de Barcelona y otros más, se ven desvirtuadas o incluso defraudadas por el lenguaje exageradamente soez y las descripciones sexuales con el Cid y el rey Alfonso como protagonistas, que ya encontramos en las novelas más recientes de Narla.
En definitiva, y pese al loable intento del autor de presentar una novela historicista, que no histórica, con gran labor de documentación, justificado con gran abundancia retórica en las últimas 30 páginas, es cuestionable que merezca la pena afrontar las interminables páginas de este libro.

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