La vegetariana, Han Kang


Hablando con un amigo acerca del Premio Nobel de Literatura de este año, me permití un farol: le toca a una mujer asiática. Y mira por donde, por una vez he acertado. Era evidente: en los últimos años han ganado el premio europeos, un africano afincado en Europa y una estadounidense. Bromas aparte, decidí leer algo de la nueva habitante del Olimpo de los libros, y me decanté por su primera obra traducida a un idioma extranjero: La vegetariana. La edición que he leído incluye una entrevista con la escritora y unas palabras de la traductora, que son de ayuda para encuadrar el relato.
Se trata de una novela relativamente corta dividida en tres actos. La protagonista, Yeonghye, satisface todos los criterios exigidos a una mujer coreana de su generación, y como tal es aceptada por su marido y su entorno. Todo cambia cuando, de improviso, comienza a tener unas pesadillas sangrientas. La referencia a estas pesadillas es la única narración desde su perspectiva. En el resto de la novela se nos presenta el punto de vista de sus familiares y amigos. Como reacción a estos sueños decide hacerse vegetariana, provocando un choque con todas las personas, incluyendo sus padres, hermanos y cuñados, que insisten en que debe adaptarse a los gustos y estándares de la sociedad en la que vive. La radicalización de su postura y la reacción de su entorno llevan a situaciones perturbadoras, incluso podría decirse brutales, anunciadas en parte a modo de spoiler por la imagen de la portada en español.
La violencia sufrida por la protagonista es sin duda un aspecto clave para entender el libro y la intención de la autora que, por otro lado, prefiere no intervenir en la recepción de sus libros, sino esperar que estos desarrollen su efecto. Leeré algún otro libro para hacerme una idea más completa.
La opinión de los demás:
«Han Kang transforma la desgastada idea de la desconexión entre cuerpo y mente en algo fresco y sustancial». Michele Filgate, Los Angeles Times
«En el trayecto de Yeonghye afloran algunas grietas de la sociedad y del pensamiento colectivo, como el hecho de que la sensatez puede ser vista como locura, la sencillez como algo problemático y el deseo de ser distinto como una amenaza». WMagazín

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