El castillo de arena, Seicho Matsumoto


Seicho Matsumoto es, como la mayoría de los escritores japoneses, poco conocido fuera de su país, a pesar de haber ganado todos los premios relevantes y de ser considerado uno de los principales escritores japoneses de novela negra. La editorial Libros del Asteroide ha publicado recientemente la traducción al español de algunas de sus novelas, escritas en las décadas de los 50, 60 y 70 del siglo pasado.
Un guardavías descubre el cadáver desfigurado de una persona bajo un tren estacionado en una de las estaciones de Tokio. Tanto la identificación del cuerpo como la búsqueda del posible asesino plantean dificultades aparentemente insuperables a la comisaría encargada, y al inspector que dirige las pesquisas, Imanishi. El inspector no de desanima, y no ahorra esfuerzos para seguir cada una de las posibles pistas, comenzando con el acento del Noreste que tenía aparentemente el fallecido, y siguiendo con el entorno de un grupo de jóvenes intelectuales de vanguardia. Como es habitual en las novelas policíacas, las investigaciones se extienden a lo largo de muchas páginas, y no es hasta los últimos párrafos que se descubre la trama completa.
Al igual que sucede otros escritores japoneses, como Murakami o Ogawa, el estilo narrativo es pausado, con abundancia de detalles de las situaciones cotidianas, desde la preparación de la comida hasta los viajes en ferrocarril. Es probable que la traducción del japonés influya en la impresión que dejan las novelas en el lector.
Al igual que el otro libro del autor comentado en este blog, El castillo de arena me ha gustado mucho, sobre todo por el acercamiento que supone a la sociedad japonesa de mediados del siglo pasado, pocos años después del schock que supuso la Segunda Guerra Mundial y la derrota.
La opinión de los demás:
«Un thriller magistral. Merece un hueco en tu estantería junto a Christie, Simenon y P. D. James.» David Williams (Los Angeles Times)
«Matsumoto está considerado el escritor de misterio japonés por excelencia; esta obra demuestra que es un novelista de primera categoría.» Publishers Weekly

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