La carretera, Cormac McCarthy


Esta novela, galardonada con el premio Pulitzer en 2007, es una distopia clásica que retrata un mundo post-apocalíptico y la vida de los pocos supervivientes. Un padre y un hijo emprenden un viaje hacia el este de los Estados Unidos siguiendo una carretera interestatal. El mundo en el que viven es frío, con nevadas y tormentas frecuentes, y no ofrece prácticamente recursos naturales para alimentarse, y poca agua potable. Los supervivientes, que interactúan solo puntualmente con la pareja de protagonistas, son de dos tipos: víctimas errantes, aterradas, o bandas de canívales, que no dudan en devorarse mutuamente si uno de ellos muere.
En las conversaciones con su hijo, el padre intenta infundirle un poco de esperanza, aunque no haya un fundamento sólido. En esas conversaciones aparecen algunos rasgos de un mundo anterior al nacimiento del joven, y el convencimiento de que ellos son «de los buenos», pues no devoran a otros hombres y «llevan el fuego» en su interior. En su peregrinación hacia el este van encontrando restos comestibles de un tiempo pasado, muy pocos de ellos en un estado aceptable, y defienden sus posesiones, que transportan en un carrito de supermercado, con una única arma y muy escasa munición.
La novela es triste, deprimente y cruda. El atisbo de esperanza no es unívoco: las referencias a Dios y a la oración, en la que el chico podría hablar con su padre una vez que este hubiera muerto, pueden entenderse desde un concepto no religioso, o panteísta.
La escritura es buena, tensa y coherente.
Cormac McCarthy fallecido en 2023 fue, al igual que Salinger, un escritor huidizo, que logró grandes éxitos con sus obras y con la adaptación cinematográfica de algunas de sus novelas, como esta misma y «No es país para viejos».

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